Las posiciones de seguridad son el conjunto de acciones motrices realizadas conscientemente, aunque con la práctica tienden a automatizarse, que tienen como finalidad la transición de una posición potencialmente lesiva a otra que no lo es y nos ayude en el cometido de caer disminuyendo o incluso erradicando los potenciales efectos nocivos en las caídas.
Las principales posiciones de seguridad se pueden clasificar en:
Descenso del centro de gravedad.
Durante la trayectoria que nuestro cuerpo describe al caer, la velocidad se incrementa rápidamente, debido a la acción de la gravedad, hasta su valor máximo antes de impactar contra el suelo. Al descender nuestro centro de gravedad de forma controlada en el acto de caer disminuimos la distancia de dicha trayectoria, y sobre todo la distancia que recorre nuestra cabeza durante una supuesta caída, por lo que la fuerza con la que el cuerpo pudiese impactar en el suelo disminuye proporcionalmente a dicho descenso.
Agruparse
Una vez que hemos descendido el centro de gravedad nos agrupamos para prepararnos para la siguiente fase en nuestra acción controlada de caer. Es una fase preparatoria en la que colocamos nuestro cuerpo de manera consciente para los momentos posteriores de dicha acción. La importancia de este gesto reside en no caer estirado, evitando así el impacto seco sobre nuestro cuerpo y la transmisión del impacto a modo de vibraciones sobre todo nuestro cuerpo. Se evitará considerablemente el efecto de resonancia, al absorber el cuerpo la vibración producida por el impacto.
Proteger la cabeza
Una de las mayores preocupaciones en el momento de caer es proteger nuestra cabeza de cualquier golpe que pueda producirse, inclusive a costa de la lesión de otra parte de nuestro cuerpo. No debemos olvidar que en nuestra cabeza residen órganos vitales para nuestro funcionamiento. Por ello, cuando caemos hacia delante la primera acción refleja que se produce es colocar los brazos. De esta manera frenamos la caída y con ella el golpeo de la cabeza sobre la superficie de contacto, aunque ello conlleve lesiones en las estructuras óseas, ligamentosas y/o musculares de nuestras extremidades superiores. Con el aprendizaje de las caídas se evita el contacto de la cabeza con el suelo a partir de una correcta posición corporal de ésta protegiéndonos de cualquier tipo de traumatismo craneal.
Rodar por la espalda
Al rodar por la espalda conseguimos absorber de forma progresiva la energía cinética del cuerpo durante el impacto contra el suelo, transformando dicha energía en una fuerza rotacional que se disipa en múltiples puntos de contacto, a diferencia de lo que ocurriría al no rodar donde se concentraría la energía en un único punto de contacto.
Del mismo modo, al rodar, conseguimos disminuir el tiempo en el que cada punto impacta sobre la superficie de contacto, disminuyendo así, la intensidad de la presión por punto de impacto, lo cual correlaciona positivamente en la disminución de la probabilidad de sufrir una lesión.
Golpeo del brazo (damping)
La importancia fundamental del impacto sobre la superficie de la caída está en que se transforma la energía cinética en energía de choque. Este impacto en realidad se realiza con las manos, los antebrazos, los brazos e inclusive con los pies. Para el cuerpo humano, absorber toda la energía que se produce en la caída en un solo punto sería traumático. Los diferentes segmentos corporales que golpean el suelo en el momento del impacto representan un conjunto de puntos de contacto que aumentan dicha superficie. Éste aumento permite distribuir toda la energía cinética durante el momento del choque en un área mayor, consiguiendo de este modo disminuir la energía de choque en cada uno de los puntos de contacto (Miralles, 1994). Podemos añadir a estas observaciones la utilidad que tiene después de golpear tener un punto de contacto y apoyo en la superficie de caída con el que ejercemos una fuerza contra esta superficie permitiendo tensar determinadas partes de nuestro cuerpo (como por ejemplo el cuello para levantar y situar correctamente la cabeza o la zona abdominal para elevar las piernas) y con ello crear, mantener o fijar la postura corporal deseada.